El primer vuelo en el mundo sin escalas se realizó entre las ciudades de Nueva York y París por el coronel del ejército norteamericano, Charles August Lindbergh, en su monoplano de un solo motor tipo Ryan, bautizado con el nombre de Spirit of St. Louis.
Lindbergh despegó del aeródromo Roosevelt, de Long Island, el 20 de mayo de 1927 y tras un vuelo de 33 horas y 32 minutos, aterrizó en el aeropuerto de Le Bourget, cercano a París.
Esa hazaña lo lanzó a la fama y recorrió el mundo para recibir condecoraciones y otros halagos.
El 8 de febrero de 1928, coincidiendo con la Conferencia de Cancilleres de La Habana, llegó el aviador en su célebre avión Spirit of St. Louis a la capital cubana.
Ese día fue declarado El día de Lindbergh y comenzaron jornadas de homenajes y festejos en su honor, siendo aclamado por nuestro pueblo en la Terraza Norte del Palacio, condecorado por el Presidente e invitado de honor de numerosas instituciones culturales y científicas.
Múltiples regalos se hicieron al héroe de las alturas en ese recinto y un tío-abuelo del redactor de esta curiosidad, quien se encontraba en el lugar, guardó un souvenir para el patrimonio familiar y es este tabaco que aparece en la foto, el cual sería entregado a Lindbergh junto a otros más.
Al día siguiente, Charles August Lindbergh, en su monoplano nombrado Spirit of St. Louis, partió para su país, pero poco antes pintó la bandera cubana en el fuselaje de la nave.
Actualmente el Spirit of St. Louis se exhibe en el Museo del Aire y el Espacio, de la ciudad de Washington, en Estados Unidos.
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