Las Tunas.- El largo paso a la inmortalidad movilizó a una Isla. La atravesó para zanjar esa deuda del último adios con cada cubano e ir a residir perennemente en la más heroica de las ciudades cubanas.
Miles de tuneros desbordaron las calles y los rostros compungidos acompañaron al hombre cuya coraza siempre fue la dignidad y el amor a este pueblo, que tres años después de su partida física disimula el dolor de la muerte con la continuidad de la obra en la que le fue la vida al Eterno Comandante.
Cuba lloró a Fidel, lo llora aún. Pero a los habitantes de este archipiélago les alegra saberlo nacido aquí, tan cubano como nosotros, tan nuestro como el amor a un hombre que se sabe descansa en cada pecho, he ahí su inmortalidad.
Ya pasado tres años estas imágenes rememoran aquel día histórico donde miles de tuneros recibieron con consignas y lágrimas los restos del eterno Comandante.
